No voy a analizar el por qué de esta minimización
de ella solo por ser mujer pero veamos unos cuantos ejemplos:
Comenzando por la Biblia donde enseñan una Eva
"salida de la costilla de su pareja hombre Adán", tentándolo con una
manzana y expulsados, por tal motivo, del paraíso y sentenciándola:
"parirás a tus hijos con dolor".
San Clemente de Alejandría, 200 años dC: "Toda
mujer debería llenarse de vergüenza al pensar que es una mujer".
San Cipriano decía que las mujeres "son
demonios que nos precipitan en el infierno por las puertas del paraíso".
Boeccio:"La mujer es un templo construído sobe
una alcantarilla".
Odo de Cluny: "Abrazar a una mujer es abrazar
un saco de estiércol.
LA MUJER EN LOS LIBROS SAGRADOS
Pero ya en esos tiempos, hubo voces que se
levantaron ante tamaña injusticia y me tomo la libertad de transcribir texto de
Sor Juana Inés de la Cruz.
(Juana
de Asbaje y Ramírez; ¿1648?-1695)
Arguye de
inconsecuentes el gusto
y la censura de los hombres que en
las mujeres acusan lo que causa
Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin
igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia,
y luego con
gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que falta de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté
claro?
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión ninguna
gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que con desigual
nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata
ofende
y la que es fácil enfada?
Mas entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y quejaos
enhorabuena.
Dan vuestras amantes penas
a sus libertades alas,
y después de hacerlas malas
las queréis hallar muy buenas.
¿Cuál mayor culpa ha
tenido
en una pasión errada,
la que cae de rogada
o el que ruega de caído?
¿O cuál es más de culpar,
aunque cualquiera mal
haga:
la que peca por la paga
o el que paga por pecar?
Pues ¿para qué os espantáis
de la culpa que tenéis?
Queredlas cual las
hacéis
o hacedlas cual las buscáis.
Dejad de solicitar
y después con más razón
acusaréis la afición
de la que os fuere a
rogar.
Bien con muchas armas fundo
que lidia vuestra arrogancia,
pues en promesa e instancia
juntáis diablo, carne y mundo.
Hoy
también hay voces que se levantan como XahOlg de cuyo poema hago extractos.
Vengo desde
el ayer
desde
el pasado oscuro y olvidado
con
las manos atadas por el tiempo
con
la boca sellada desde épocas remotas.
Vengo
desde la oscuridad,
del
pozo del olvido
con
el silencio a cuestas,
con
el miedo ancestral
que
ha corroído mi alma
desde
el principio de los tiempos.
Vengo
de ser esclava por milenios,
esclava
de maneras diferentes:
sometida
al deseo de mi raptor en Persia,
esclavizada
en Grecia bajo el poder romano,
convertida
en vestal en las tierras de Egipto,
ofrecida
a los dioses en ritos milenarios
vendida
en el desierto
o
canjeada como una mercancía.
Vengo
de ser apedreada por adúltera
en
las calles de Jerusalén
por
una turba de hipócritas,
pecadores
de todas las especies
que
clamaban al cielo mi castigo.
He
sido mutilada en muchos pueblos
para
privar mi cuerpo de placeres
y
convertida en animal de carga,
trabajadora
y paridora de la especie.
Me
han violado sin límite
en
todos los rincones del planeta
sin
que cuente mi edad madura o tierna
o
importe mi color o mi estatura.
Debí
servir ayer a los señores,
prestarme
a sus deseos,
entregarme,
donarme,
destruirme,
olvidarme
de ser una entre miles.
He
sido barragana de un señor en Castilla,
esposa
de un marqués
y
concubina de un comerciante griego,
prostituta
en Bombay y en Filipinas
y
siempre ha sido igual mi tratamiento.
Yo
no tuve la luz del alfabeto.
Durante
largos siglos aboné con mis lágrimas
la
tierra que debí cultivar desde mi infancia.
He
recorrido el mundo en millares de vidas
que
me han sido entregadas una a una .
Y
he conocido a todos los hombres del planeta.
Yo
los conozco a todos,
estuve
cerca de unos y de otros,
sirviendo
cada día,
recogiendo
migajas,
bajando
la cerviz a cada paso,
cumpliendo
con mi karma.
He
recorrido todos los caminos
he
arañado paredes y ensayado silencios
tratando
de cumplir con el mandato
de
ser como ellos quieren
mas
no lo he conseguido.
Jamás
se permitió que yo escogiera
el
rumbo de mi vida.
He
caminado siempre en una disyuntiva
ser
santa o prostituta.
He
conocido el odio de los inquisidores
que
a nombre de la santa madre iglesia
condenaron mi
cuerpo a su servicio
y
a las infames llamas de la hoguera.
Me
han llamado de múltiples maneras:
bruja,
loca,
adivina,
pervertida,
aliada
de satán
esclava
de la carne,
seductora,
ninfómana,
culpable
de los males de la tierra.
Pero
seguí viviendo, arando,
cosechando,
cosiendo,
construyendo,
cocinando, tejiendo,
curando,
protegiendo, pariendo,
criando,
amamantando, cuidando
y
sobre todo amando.
He
poblado la tierra de amos y de esclavos,
de
ricos y mendigos, de genios y de idiotas,
pero
todos tuvieron el calor de mi vientre,
mi
sangre y su alimento
y
se llevaron un poco de mi vida.
Logré
sobrevivir a la conquista
brutal
y despiadada de Castilla
en
las tierras de América
pero
perdí mis dioses y mi tierra
y
mi vientre parió gente mestiza
después
que el amo
me
tomó por la fuerza.
Y
en este continente mancillado
proseguí
mi existencia
cargada
de dolores cotidianos,
negra
y esclava en medio de la hacienda
me
vi obligada a recibir al amo
cuantas
veces quisiera
sin
poder expresar ninguna queja.
Siempre
sirviendo a todos,
convertida
en abeja o sementera
cumpliendo
las tareas más ingratas
moldeada
como cántaro por las manos ajenas.
Y
un día me dolí de mis angustias
un
día me cansé de mis trajines,
abandoné
el desierto y el océano,
bajé
de la montaña,
atravesé
las selvas y confines
y
convertí mi voz dulce y tranquila,
en
bocina del viento
en
grito universal y enloquecido.
Vinieron
miles de mujeres juntas
a
escuchar mis arengas,
se
habló de los dolores milenarios,
de
las largas cadenas
que
los siglos nos cargaron a cuestas.
Y
formamos con todas nuestras quejas
un
caudaloso río que empezó a
recorrer
el universo de injusticia y el olvido.
El
mundo se quedó paralizado
los
hombres y mujeres no caminaron
se
pararon las máquinas, los tornos,
los
grandes edificios y las fábricas
ministerios
y hoteles, talleres y oficinas,
hospitales
y tiendas, hogares y cocinas.
Las
mujeres, por fin, lo descubrimos.
¡Somos
tan poderosas como ellos
y
somos muchas más sobre la tierra!
¡Más
que el silencio y más que el sufrimiento!
¡Más que la infamia
y más que la miseria!
Que
este canto resuene
en
las lejanas tierras de Indochina
en
las arenas cálidas del África,
en
Alaska y América Latina,
llamando
a la igualdad
entre
los géneros
a
construir un mundo solidario
–distinto,
horizontal, sin poderíos a conjugar ternura,
paz
y vida, a beber de la ciencia sin distingos.
A
derrotar el odio y los prejuicios,
el
poder de unos pocos,
las
mezquinas fronteras,
a
amasar con las manos de ambos sexos
el
pan de la existencia.
Es verdad que hemos sufrido mucho pero hemos tenido también inmensas alegrías que nos han ayudado a seguir el camino trazado.
Y es que, a pesar de tanto mal recibido, seguimos devolviendo bien por mal y con la fuerza interior que nos caracteriza logramos convertirnos en el centro de vida del círculo donde nos desenvolvemos.
POR ESO SOMOS MUJER
En esta era de Acuario, era femenina de libertad, nos iremos dando cuenta del poder que llevamos en nuestros corazones y lo importante que somos para el universo. Nos quedan 1.950 años para convencernos.
A TODAS MIS RESPETOS
Edurne Garay
Etiquetas: mujer,Era de Acuario,Sor Juana Inés de la Cruz, San Clemente de Alejandría, San Cipriano,Historia de la Humanidad,1950 años,Odo de Cluni,Libros Sagrados, XahOlg,
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