sábado, 17 de agosto de 2013

Será el vidrio nuestro calmante?

El siglo pasado se caracterizó por sus avances en materia de mejor calidad de vida en todos los aspectos de nuestras actividades. No hubo rubro que el progreso no tocara y nos beneficiara tanto de manera directa como indirecta. Aparecieron las fábricas de producción masiva obligando a un pleno empleo y abaratamiento del producto y, por lo tanto, a un mayor circulante que alegraba el sentimiento colectivo que obtenía sus necesidades y lograba sus metas con mayor facilidad. 

Automáticamente, comenzaron los sueños de una mejor casa, un nuevo automóvil, estudiar en la universidad, tomar unas merecidas vacaciones en algún lugar paradisíaco y disfrutar de mayor tiempo libre que dedicarlo a la familia y a las amistades. Aparecieron los centros comerciales, lugares especialmente diseñados para el disfrute de la familia durante todo el día al mismo tiempo que cubrían todas sus necesidades de abrigo, comida, diversión. El dinero circulaba fluentemente.

Y la vida se llenó de metas a conseguir, cada vez mayores, con el ánimo que inyectaba el manejar la tarjeta de crédito y la facilidad del sistema "comprar a plazos" cualquier artículo que necesitáramos y obtener un beneficio inmediato a nuestra urgencia.

Poco a poco, la tecnología comenzó a llenar nuestra vida que nos elevaba a un nivel superior de estatus e impregnó nuestro aire circundante de una ilusión ficticia que nos fue llevando hacia derroteros que no supimos manejar y cuyo resultado ha sido llenarnos la vida de tantas ocupaciones y sin tiempo para cumplirlas, terminando con las mismas obligaciones y sin haber hecho nada con el tiempo.

Los  tormentosos días que estamos viviendo nos obligan a pensar que todo tiene un final en esta vida y así poder contrarestar el estrés que anega nuestra existencia. Es parte del instinto de supervivencia.

Y así, una vez más, nos visita la tecnología con su terquedad y de la que no vamos a poder zafarnos tan fácilmente, a ofrecernos nuevos caminos donde transitar con mayor facilidad y sin ningún enredo. Con la experiencia del pasado, sería muy provechoso que esta vez actuáramos con mayor sensatez y la utilizáramos con honradez, honestidad, integridad y rectitud de comportamiento y obtener el mayor provecho posible en beneficio de nuestra tranquilidad y mayor felicidad.

Les dejo un vídeo sobre este tema que nos deleita y nos anima a utilizar todos estos adelantos con sensatez y humildad, dando "gracias a la vida, que me ha dado tanto" (Soledad Bravo). 





Edurne Garay  2012/08/17

Etiquetas: Corning,glass,tecnología,fábricas,producción masiva,centros comerciales,tarjetas de crédito,comprar a plazos,supervivencia,beneficio,tranquilidad,felicidad.
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