miércoles, 10 de julio de 2013

Una Revolución sacude a El Vaticano

Corre el año 1958 y en El Vaticano el Cardenal Angelo Giuseppe Roncalli es elegido Papa tomando el nombre de Juan XXIII y con él comienza una verdadera revolución dentro de la Iglesia Católica que llevaba 20 siglos enquistada en venires y devenires propios de los tiempos y de los personajes que fueron protagonistas de esa historia.
Beato Juan XXIII
Papa de la Iglesia Católica 1958.1963

Pero en esta era de Acuario, era de libertad, en cuyo período nada quedará oculto bajo el sol, la Iglesia Católica no es una excepción. Le tocó al Papa Juan XXIII tomar la iniciativa, valientemente por demás, de una renovación completa de toda la liturgia y comenzar a acercar la Iglesia al pueblo, que es el verdadero fin de su existir. El mismo llamó a este trabajo "la puesta al día de la Iglesia".
En referencia a sus intenciones de convocar a un Concilio Ecuménico, le dijo a su secretario privado, Loris Francesco Capovilla:  «No hay que preocuparse de sí mismo y de quedar bien. En la concepción de las grandes empresas basta con el honor de haber sido providencialmente invitados. Hemos sido llamados a poner en marcha, no a concluir
Se refería a la opinión general de que su avanzada edad no le iba a permitir asumir semejante responsabilidad. Pero la asumió con tanta devoción, que se ganó el título de "El Papa Bueno" y fué el primer Papa que se acercó al pueblo comenzando por visitar orfanatos y las cárceles.
La renovación de la Iglesia con el Concilio Vaticano II fué total, dando un giro de 180º. Comenzando así una verdadera revolución tanto física como espiritual a todos los niveles. Juan XXIII enfatizó, desde el comienzo del Concilio, la naturaleza pastoral de sus objetivos: "No se trata de definir nuevas verdades ni condenar errores, sino que es necesario renovar la Iglesia para hacerla capaz de transmitir el Evangelio en los nuevos tiempos, buscar los caminos de unidad de las Iglesias cristianas, buscar lo bueno de los nuevos tiempos y establecer diálogo con el mundo moderno centrándonos primero "en lo que nos une y no en lo que nos separa".

Su sucesor Paulo VI continuó con el Concilio logrando un acercamiento y entendimiento con todas las iglesias cristianas y con los diferentes entes de poder mundial fortaleciendo las decisiones tomadas en el Concilio Vaticano II, teniendo reuniones con los diferentes factores que dudaban de su efectividad. 

Le sucedió Juan Pablo I, que murió al mes y fué nombrado  Juan Pablo II  nuevo Papa de la Iglesia Católica,que comenzó inmediatamente su peregrinar por el mundo llevando el mensaje del Evangelio, tomando como bandera el tema de los derechos humanos que empezaban a asomarse tímidamente. Se enfrentó a corrientes políticas totalitarias con el mismo énfasis que puso para proteger los seres más necesitados y promovió el diálogo y entendimiento no solo dentro de las iglesias cristianas sino también de todas y cada una de las confesiones religiosas. Comenzó a enfrentar valientemente el incipiente tema de los matrimonios de un mismo sexo y la pederastia por parte sacerdotes católicos. Una continuidad en esta revolución que duró casi 28 años de trabajo arduo y constante que solo una persona con sus características de servidor al prójimo podía llevar a cabo.

Luego Benedicto XVI que, aunque muy criticado por considerarlo demasiado conservador, fué, en su momento, uno de los que más apoyo con sus propuestas progresistas todas las reformas del Concilio Vaticano II y en ese camino se mantuvo hasta su renuncia al papado por enfermedad. Le tocó enfrentarse   a la podedumbre de las finanzas llegando a encarcelar a su mayordomo de mayor confianza y entre otros frentes, el asunto de la pederastia. La Iglesia necesitaba ahora una mayor energía porque se debía enfrentar a una reforma radical en El Vaticano como Estado.
Papa Juan Pablo II, Cardenal Joseph Ratzinger (Benedicto XVI)
 y Cardenal JorgeMario Bergogglio (papa Francisco)
Y llega el Cardenal Jorge Mario Bergogglio como papa Francisco a retumbar los cimientos de El Vaticano apuntando duramente a los manejos dudosos de uno de los pilares principales de todo Estado: su Banco Central.
Desde el principio estuvo entre sus prioridades la reforma del banco de El Vaticano, acusado de corrupción y blanqueo de dinero y nombró una comisión para investigar en los próximos meses al banco y preparar su reforma.
Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, ha comentado valientemente que "las estructuras de la Iglesia son viejas y hay que renovarlas", repitiendo la famosa frase de Juan Pablo II: “No tengáis miedo”".


Es sumamente interesante y por demás ejemplar que una de las instituciones espirituales de mayor poder en el mundo como lo es La Iglesia Católica decida, a través de sus representantes máximos, acometer semejante tarea con tanto arrojo y valentía a sabiendas del desprestigio que puede acarrear tal actuación. Pero habiendo situaciones imposibles de seguirse sosteniendo hay que enfrentarlas y sanearlas para su debida sustentación en el tiempo. Este caso insólito en toda la historia universal ha sido tomado con la mayor responsabilidad por seres conscientes de lo que representa su posición ante sus ciudadanos y seguidores espirituales y sobre todo la misión que les ha sido encomendada por Dios para con su Iglesia. No en vano, a pesar de que su historia está plagada de tiempos tormentosos sigue y seguirá vigente por ese ánimo evolutivo que siempre la ha caracterizado. 

Edurne Garay  2013/07/10
Análisis Internacional

Fuente: El Universal.com, Internacional.El Pais.com
Etiqueta: papa Francisco,El Vaticano,Concilio Vaticano II,Financiación Iglesia,Blanqueo de dinero,delitos fiscales,Instituto para las Obras de la Religión,Mafia,Cristianismo,Iglesia Católica.
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