sábado, 15 de junio de 2013

El ALBA perdiendo terreno

Es notorio el retroceso que vienen teniendo los organismos donde el socialismo del siglo XXI ha logrado internarse con el propósito de ideologizar a la región comprando votos para ir destruyendo desde adentro las instituciones democráticas que protegen al ciudadano de, precisamente, gobiernos totalitarios hasta lograr una metástasis que terminen con el sistema democrático.

Durante los últimos 14 años esta intención ha dado un cierto resultado positivo por la retórica populista sembrada en los países de menores recursos y con una paupérrima población logrando engatusar a sus gobiernos de dudosa honradez y lograr un frente común nada ideológico pero sí del más puro estilo capitalista. Esa ha sido la conducta del socialismo siglo XXI con el apoyo de los asociados al grupo ALBA, todos dependiendo del petróleo ofrecido por el inventor de este sistema en condiciones muy favorables y dádivas en dólares como menudo para sus cajas chicas.

Como dicen, muerto el perro se acaba la rabia. Desaparecido el líder de esta revolución socialista, dejando estéril a la gallina de los huevos de oro, los dependientes están mirando otros horizontes. Y en este escenario llegamos a la reunión de la Organización de los Estados Americanos (OEA), objetivo principal a destruir por el régimen socialista, celebrada en Guatemala los días 5 y 6 de Junio pasado. 

La convocatoria tenía como principal objetivo el tema del combate a las drogas pero se levanta un prospecto que alberga la esperanza de seguir los pasos de su extinto líder y con la idea de enredar la agenda establecida trata de imponer el tan deseado objetivo: la eliminación de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y la Relatoría de Libertad de Expresión de la OEA. La votación en contra de esta ponencia tuvo un resultado aplastante y el fracaso fué rotundo. Y solo logró a medias el segundo objetivo de  pensar en cambiar la sede de la CIDH, estableciéndola en latinoamérica. A ese efecto, Perú y Guatemala se ofrecen como destino y solo así se nombró una comisión que estudiará los pasos a seguir para el cambio de sede y los asuntos legales, financieros y administrativos correspondientes. Pero no se siente mucho entusiasmo ante esta propuesta por parte de los países integrantes de la organización. 

Ante este escenario no es difícil prever que el declive de toda la faraónica organización que sustentaría este proyecto socialista en latinoamérica seguirá cuesta abajo puesto que no tiene columnas que la sustente y los países que otrora vanagloriaron y apoyaron la idea se están viendo sin rumbo y sin los insumos para su sustento, que los obligaba a aplaudir como focas cualquier loco proyecto que se inventara en contra del sistema democrático. 

Se ha ganado una muy dura batalla a favor del progreso y prosperidad de los pueblos. Los gobernantes tienen que entender que oprimiendo a sus ciudadanos solo logran aumentar un resentimiento peligroso que puede estallar en cualquier momento y donde todos perderían, pero especialmente ellos. 

 Afortunadamente "fué un resultado muy positivo, porque los estados miembros todavia defienden la autonomía y la independencia de la Comisión" dijo la embajadora de Estados Unidos ante la OEA, Sra. Carmen Lomerrín.

Es muy buen síntoma que nos indica que la mayoría de los estados abogan por un sistema donde se logre la mayor prosperidad y permita a sus ciudadanos la libertad de acción para decidir su propio futuro, manteniendo instituciones que los defiendan y aboguen por sus derechos.

Renace una esperanza que creíamos extinguida.

Edurne Garay  2013/06/12
Análisis Internacional

Etiquetas: OEA, ALBA,CIDH,progreso, prosperidad,Guatemala,reunión,Derechos Humanos,socialismo siglo XXI,régimen socialista
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